Friday, November 22, 2013

Un día despiertas y te das cuenta que el mundo está de cabeza.
Que la luna sale de día y los árboles siguen verdes en noviembre.
Que ha pasado un mes desde ese fin de semana, que no se han ido las semanas, solo se han amontonado una sobre la otra sobre la otra sobre la otra. Que la percepción lo es todo. 
Te das cuenta que las historias están, que la gente se va y que eso no dicta que todo termine.
Que el amor solo es suficiente cuando hay amor de todos lados, que el balance al que pertenece el corazón es tan delicado que un movimiento en falso lo tumba todo. Que odias esa palabra y está en todos lados. 
Te das cuenta que ya sabías todo esto, que lo has predicado por años, que tú misma lo dijiste y lo supiste y luchaste por no caer en la ilusión que significaba creer.
Y de pronto alguien te da un espejo y cuando lo ves no sabes quién está del otro lado, porque alguien te mira desde los mismos ojos verdes que tenías pero no sabes si eres tú o si es otra ya cambiada, ya crecida y resignada. Y que más que huír de los recuerdos, es la música lo que no toleras; te corta por dentro, agria, como si fueras leche con gotas de limón.  
Y te das cuenta que otra vez llega la tormenta, que los huracanes y nevadas están volviendo de tu puerto una ola que viene del infierno y que no puedes moverte, que el agua se desborda de tus ojos aun cuando si ya no es agua, y que tú estás quieta, sin poder moverte ni decir nada. Y que debes de moverte. Que si te quedas quieta no vas a sobrevivir de nuevo.

Te das cuenta que lo que creías ya no es más, que no sabes lo que quieres ni lo que eres, pero que eres más tú de lo que podrías imaginar, que podrías decir que sí en cualquier momento, brincar al abismo, dejarlo todo; pero que no es tiempo. Que nadie te lo está pidiendo. Y te asusta saber que tienes este monstruo dentro, un ser lógico que entiende tanto y perdona todo. Y te das cuenta que no es culpa de nadie, que es la vida, que son los años. Que el problema es que quisiste creer tanto que acabaste por hacerlo. 

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