Thursday, April 22, 2010

Mar

Se acostumbró a vivir junto al mar. Antes no le importaba tanto el agua azul ni la arena llena de piedritas. Aún cuando llegó, pasó meses sin conocerlo, sin asomarse a ver su reflejo rompiéndose en la espuma. Poco a poco la fue llenando; la calma, el sonido, el vaivén, los niños jugando, las cometas en el aire. La Barceloneta para reír, Bogatell para descansar, Selva de Mar para pensar. Todos los caminos de Barcelona llevan al mar. Sólo en una de las playas la brisa huele a sal. De ponto se pierde sin decir a dónde va ni cuándo regresará pero, si la besas, seguro puedes decir de dónde viene.

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