“La libertad de la ficción es siempre la medida de nuestra libertad individual.”
Esto dice Volpi al hablar de la ficción y el estudio del cerebro como espacio físico y psíquico para la creación de ideas, una manera de entender el yo y la conciencia que una vez me llevó a pensar que sería psiquiatra. Pero ahora que mis conocimientos en química se aplican sólo para sacar la grasa de los platos sucios (los comerciales no mienten, el jabón sin agua corta la grasa por los ingredientes del producto) y que intento de alguna manera ponerle orden a mi cabeza, esto me ha dejado pensando.
Hay dos salidas: la primera que puede tratarse de un espacio geográfico que delimita al escritor por sus reglas sociales y políticas; mientras una persona no sea libre para expresarse, mientras no tenga los medios para poder crear una ficción que sea aceptable dentro de su contexto, el fondo de sus ficciones llegará hasta el punto en que se le permita sin ser censurado por un tercero.
Sin embargo, la segunda lectura habla de un proceso más personal; mientras un autor no se permita ser libre dentro de sus temas, jamás podrá darle a su obra el espacio para crecer y desarrollarse. La libertad individual es la que nos permitimos a nosotros mismos, qué tan lejos podemos ir sin borrar lo propio por el miedo o culpa, porque alguien más lo leerá y lo llevará hacia nosotros. Mientras nos asuste vernos reflejados en el texto y ser juzgados por ello, no podremos ser honestos y las palabras siempre estarán huecas. De igual manera, al frenar un texto antes siquiera de que esté escrito, no hace más que dejar personajes planos y aburridos, encerrados en una caja transparente; están ahí para verse pero no pueden salir a vivir su propia historia.
Friday, June 3, 2011
Saturday, May 28, 2011
Escuchó la tormenta que se formaba frente a ella, sacó los impermeables y bajó las velas. Aseguró el timón y se decidió por ir hacia el negro de las nubes que poco a poco la rodeaban. Esta vez, gritó al vacío, no me vencerás.
La madera de la cubierta estaba agrietada y húmeda, las lámparas pendiendo de cables guardados cerca del mástil, irradiando luz naranja en medio del azul profundo. Las primeras gotas cayeron sobre su cara, eran pesadas y venían acompañadas de ráfagas que le volaron el sombrero y le enredaron el pelo. Esta vez, gritó a la oscuridad, no me vencerás.
Thursday, April 28, 2011
Como cuervos
Si te explico que lo entiendo, que no me quedan dudas ni reclamos, que en mi voz no hay más intentos. Si te doy razones que cruzan la lógica y el sentimiento, si mi tono convence, si el apretón de manos tiene el balance de fuerza y soltura. Si escribo las líneas en guión, si practico los diálogos frente al espejo, si visualizo las escenas y camino en círculos por la habitación. Si me pierdo en silencios, en miradas, en roces. Si imagino demasiado. Si deseo muy poco. Si me conformo con lo que hay. Si prometo que es la última y nos vamos. Que no queda nada por hacer. Que no importa, igual. Porque el esternón se rompe cuando la espalda se dobla y los músculos se hacen trenza en este cuerpo. Porque hay mil quinientos idiomas dentro; sin traductor simultáneo, sólo un diccionario viejo. Porque tengo dedos temblorosos y vidrio en los sesos, la garganta seca y los labios rojos. Ven y sácame los ojos, te espero con los párpados abiertos y las tijeras en la mano.
Monday, April 18, 2011
Así es vivir con el alma partida,
la identidad dividida,
la cabeza en todas partes.
Contando usos horarios,
aprendiendo a decir adiós en un montón de idiomas.
Entre ciudades países y continentes,
en playas de recuerdos,
con nombres grabados en la corteza del cerebelo.
Direcciones calles cruces paradas.
Ideas canciones palabras.
Temas.
Vida.
la identidad dividida,
la cabeza en todas partes.
Contando usos horarios,
aprendiendo a decir adiós en un montón de idiomas.
Entre ciudades países y continentes,
en playas de recuerdos,
con nombres grabados en la corteza del cerebelo.
Direcciones calles cruces paradas.
Ideas canciones palabras.
Temas.
Vida.
Monday, April 4, 2011
No, ese no eres tú. Ese es tu pelo y la barba la puse bien. Creo que acerté en el marco de los lentes pero los ojos los tengo equivocados, seguro. Sigo poniendo en su lugar los de alguien más y me cambian toda la cara. Tengo este problema, verás, no puedo recordar; tengo fragmentos de memoria, pedacera de momentos, texturas aisladas y olor a tabaco para liar. Un rostro que intercambia piezas como uno de esos libros para niños en los que puedes combinar hojas para hacer criaturas extrañas.
En fin, te me estás olvidando; tengo en la cabeza una fotografía que no es mía y no se siente como tú. Pasé de Sabines a Benedetti; de quererte una semana a estar jodida y radiante. Ya lo decía yo, que sólo se necesitan quince días para conocer a alguien, caer en su ilusión intensamente y dejarlo ir. Acabo de cambiar la posibilidad lejana de tu cariño por la seguridad de unos zapatos. Sí, es triste. Es así.
En fin, te me estás olvidando; tengo en la cabeza una fotografía que no es mía y no se siente como tú. Pasé de Sabines a Benedetti; de quererte una semana a estar jodida y radiante. Ya lo decía yo, que sólo se necesitan quince días para conocer a alguien, caer en su ilusión intensamente y dejarlo ir. Acabo de cambiar la posibilidad lejana de tu cariño por la seguridad de unos zapatos. Sí, es triste. Es así.
Saturday, April 2, 2011
Re.edit
Imagino que tus dedos son pinceles mientras se deslizan por mi piel; la erizan y la pintan con colores transparentes que sólo yo puedo ver. Pasan por mis labios y se detienen, lentamente, sienten a lo que se siente la piel rota. Van por lo más suave, aunque lleno de grietas, tus ojos se cierran como si así pudieran ver latir la sangre que corre debajo por cuevas y canales. Cálido aliento que se acerca a mi oído y pregunta, anticipando, voz ronca, con ese sonido que le da vida a lo que no existe y es una simple mezcla de materia y energía,
-¿de qué tienes ganas?-
Tengo ganas de melancolía y limonada dulce. Tengo ganas de extrañarte estando cerca. De estirarme como si fuera gato. De voltear los ojos y el cuello. De volverme negra. De ser dorada. Tengo ganas de lágrimas, de salir del mar de palabras donde me ahogo. De estar seca. De ser líquida. Tal vez espuma.
Tengo ganas de sentir algo más de torbellinos. Tengo ganas de reír tanto que me duela el estomago. De irme. De volver. Tengo ganas de amar. De besar. Tengo ganas de sentir cosquillas debajo de la piel, de dibujar en la tuya.
Tengo ganas de hielo. En este calor, el hielo es bueno. Y las máscaras también. Y gritar con máscaras puestas también. Tengo ganas de romperme y escuchar cada hueso hacer crack. De encontrar una canción que me haga sentir. Otra que me haga llorar. Que me dé mariposas, que me ponga nerviosa. Tengo ganas de que duela sólo para desear que deje de doler. De olvidar. De ser humo. De ser polvo. De ser nada. De desvanecerme. De dormir y ser ligera. De despertar a medio día.
Tengo ganas de una mirada.
Nunca entenderías el barullo, el ruido.
-De ser aire.-
-¿Mecano?
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