Saturday, April 2, 2011

Re.edit




Imagino que tus dedos son pinceles mientras se deslizan por mi piel; la erizan y la pintan con colores transparentes que sólo yo puedo ver. Pasan por mis labios y se detienen, lentamente, sienten a lo que se siente la piel rota. Van por lo más suave, aunque lleno de grietas, tus ojos se cierran como si así pudieran ver latir la sangre que corre debajo por cuevas y canales. Cálido aliento que se acerca a mi oído y pregunta, anticipando, voz ronca, con ese sonido que le da vida a lo que no existe y es una simple mezcla de materia y energía,
-¿de qué tienes ganas?-
Tengo ganas de melancolía y limonada dulce. Tengo ganas de extrañarte estando cerca. De estirarme como si fuera gato. De voltear los ojos y el cuello. De volverme negra. De ser dorada. Tengo ganas de lágrimas, de salir del mar de palabras donde me ahogo. De estar seca. De ser líquida. Tal vez espuma.
Tengo ganas de sentir algo más de torbellinos. Tengo ganas de reír tanto que me duela el estomago. De irme. De volver. Tengo ganas de amar. De besar. Tengo ganas de sentir cosquillas debajo de la piel, de dibujar en la tuya.
Tengo ganas de hielo. En este calor, el hielo es bueno. Y las máscaras también. Y gritar con máscaras puestas también. Tengo ganas de romperme y escuchar cada hueso hacer crack. De encontrar una canción que me haga sentir. Otra que me haga llorar. Que me dé mariposas, que me ponga nerviosa. Tengo ganas de que duela sólo para desear que deje de doler. De olvidar. De ser humo. De ser polvo. De ser nada. De desvanecerme. De dormir y ser ligera. De despertar a medio día.
Tengo ganas de una mirada.
Nunca entenderías el barullo, el ruido.
-De ser aire.-
-¿Mecano?

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