Wednesday, January 25, 2012

Nos sentamos en la escalera de servicio y comimos pastel.
Compartimos una rebanada que sacamos de la fiesta debajo de mi vestido.
Era la pedida de mi hermana, la grande, y todos estaban en sus trajaes grises y faldas verdes. Yo insistí en ir de rojo, aunque eso ahuyentara a la conservadora familia política. Y no, aún así terminaste escondiéndote a los escalones conmigo.
Me tomaste la mano y te dije que pronto seríamos hermanos.
-no hasta la boda- te acercaste más.
Nos besamos contra el barandal. Sabías a fresa, vértigo y durazno.
-hace tiempo que no me duermo sonriendo- no sé por qué lo dije.
Nos perdimos la fiesta.

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