Thursday, April 28, 2011

Como cuervos

Si te explico que lo entiendo, que no me quedan dudas ni reclamos, que en mi voz no hay más intentos. Si te doy razones que cruzan la lógica y el sentimiento, si mi tono convence, si el apretón de manos tiene el balance de fuerza y soltura. Si escribo las líneas en guión, si practico los diálogos frente al espejo, si visualizo las escenas y camino en círculos por la habitación. Si me pierdo en silencios, en miradas, en roces. Si imagino demasiado. Si deseo muy poco. Si me conformo con lo que hay. Si prometo que es la última y nos vamos. Que no queda nada por hacer. Que no importa, igual. Porque el esternón se rompe cuando la espalda se dobla y los músculos se hacen trenza en este cuerpo. Porque hay mil quinientos idiomas dentro; sin traductor simultáneo, sólo un diccionario viejo. Porque tengo dedos temblorosos y vidrio en los sesos, la garganta seca y los labios rojos. Ven y sácame los ojos, te espero con los párpados abiertos y las tijeras en la mano.

Monday, April 18, 2011

Así es vivir con el alma partida,
la identidad dividida,
la cabeza en todas partes.
Contando usos horarios,
aprendiendo a decir adiós en un montón de idiomas.
Entre ciudades países y continentes,
en playas de recuerdos,
con nombres grabados en la corteza del cerebelo.
Direcciones calles cruces paradas.
Ideas canciones palabras.
Temas.
Vida.
Quiero un horizonte inacanzable,
una pared interminable,
un pizarrón infinito.
Quiero una pluma con tinta indeleble,
todas las historias del mundo y cada milímetro de tí.

Monday, April 4, 2011

No, ese no eres tú. Ese es tu pelo y la barba la puse bien. Creo que acerté en el marco de los lentes pero los ojos los tengo equivocados, seguro. Sigo poniendo en su lugar los de alguien más y me cambian toda la cara. Tengo este problema, verás, no puedo recordar; tengo fragmentos de memoria, pedacera de momentos, texturas aisladas y olor a tabaco para liar. Un rostro que intercambia piezas como uno de esos libros para niños en los que puedes combinar hojas para hacer criaturas extrañas.

En fin, te me estás olvidando; tengo en la cabeza una fotografía que no es mía y no se siente como tú. Pasé de Sabines a Benedetti; de quererte una semana a estar jodida y radiante. Ya lo decía yo, que sólo se necesitan quince días para conocer a alguien, caer en su ilusión intensamente y dejarlo ir. Acabo de cambiar la posibilidad lejana de tu cariño por la seguridad de unos zapatos. Sí, es triste. Es así.

Saturday, April 2, 2011

Re.edit




Imagino que tus dedos son pinceles mientras se deslizan por mi piel; la erizan y la pintan con colores transparentes que sólo yo puedo ver. Pasan por mis labios y se detienen, lentamente, sienten a lo que se siente la piel rota. Van por lo más suave, aunque lleno de grietas, tus ojos se cierran como si así pudieran ver latir la sangre que corre debajo por cuevas y canales. Cálido aliento que se acerca a mi oído y pregunta, anticipando, voz ronca, con ese sonido que le da vida a lo que no existe y es una simple mezcla de materia y energía,
-¿de qué tienes ganas?-
Tengo ganas de melancolía y limonada dulce. Tengo ganas de extrañarte estando cerca. De estirarme como si fuera gato. De voltear los ojos y el cuello. De volverme negra. De ser dorada. Tengo ganas de lágrimas, de salir del mar de palabras donde me ahogo. De estar seca. De ser líquida. Tal vez espuma.
Tengo ganas de sentir algo más de torbellinos. Tengo ganas de reír tanto que me duela el estomago. De irme. De volver. Tengo ganas de amar. De besar. Tengo ganas de sentir cosquillas debajo de la piel, de dibujar en la tuya.
Tengo ganas de hielo. En este calor, el hielo es bueno. Y las máscaras también. Y gritar con máscaras puestas también. Tengo ganas de romperme y escuchar cada hueso hacer crack. De encontrar una canción que me haga sentir. Otra que me haga llorar. Que me dé mariposas, que me ponga nerviosa. Tengo ganas de que duela sólo para desear que deje de doler. De olvidar. De ser humo. De ser polvo. De ser nada. De desvanecerme. De dormir y ser ligera. De despertar a medio día.
Tengo ganas de una mirada.
Nunca entenderías el barullo, el ruido.
-De ser aire.-
-¿Mecano?