Dormimos durante un invierno entero, cada uno en su esquina del mundo.
Cae la nieve, todo se cubre de blanco.
Las lágrimas se congelaron pero no para el deseo de derrarmarlas.
De derramar algo.
Los vasos se nos cayeron de las manos.
Los cristales están escondidos debajo de los muebles, amenzan a los pies descalzos.
Tengo el cuerpo congelado.
Este silencio anhelado resulta insoportable.
La presencia ausente se come lo que puede;
estoy desnuda.
¿De qué sirven la palabras, si una vez escritas pierden sentido?
¿Qué tan larga puede ser una pregunta?
¿Cuánto se debe esperar por la respuesta?
Te quiero a ti.
Te quiero a ti.
Monday, December 16, 2013
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