Monday, June 28, 2010
Placebo
El chico de un lado se vuelve loco, la chica del otro lado está quieta. La de atrás no deja de brincar y las de enfrente están muy ebrias para darse cuenta de lo que pasa. Ella se dedica a moverse. No hay más que hacer en un sitio como este. La música hace que los corazones palpiten a un ritmo diferente, el piso tiembla con el retumbe de las bocinas mientras colecciona vasos rotos y pegoste de cerveza. La cabeza de un lado para otro, brazos arriba y rodillas semi dobladas. Vuelos morados que brincan igual que flecos veinteañeros. Los principiantes dicen que es como hundirse en el agua y no poder salir. Breath under water les va bien. Sin demora ni introducción, For what it’s worth hace que la multitud se vuelva loca. Más loca. El blanco abunda, brazos desnudos y tinta encarrilada; positivismo enfrascado en cuatro notas negras. Aquí no hay silencios, solo pulmones que respiran el trance de la música. Nadie sabe por qué, hay magia en los acordes de esa guitarra, en escuchar una voz familiar por primera vez. Es un océano de algas multiplicado por seis, es carve your name into my arm, angelic fruitcakes y the fear of growing old. Es una avenida rodeada de pinos a medianoche encerrada en una bodega en otro continente. Es pasión, euforia y decadencia. Un remedio falso, un cono de helado. Gritar con la mano en el corazón cerrando los ojos y sentir que el universo se mueve por los dedos. Es una mentira. Es realidad. Es libertad.
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